13 de julio de 2010

QUÉ QUEDA



Qué queda cuando las risas son sólo espinas que golpean mi corazón, mi pensar, mi sentir; rosas negras que, crueles, hipnóticas, exigen mis lágrimas para seguir creciendo.
Qué queda cuando los sueños son mi más fiel enemigo. Sueños, antaño de vida, que me estremecen, que abren cicatrices que creía olvidadas, que recrean una y otra vez heridas nuevas que no cesan de sangrar.
Qué queda ante esa luz incansable que despunta al alba, que me llama y abre mis ojos, que irónica se ríe de mi voluntad vencida ante la evidencia irremediable de un día más
Qué queda tras este deseo omnipresente de que por una vez mi suerte no contradiga mi sentir y se alíe con la muerte.
Qué queda en este vacío.
Queda la nada.

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